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Días Quiero destripar los días y sacarle todas sus entrañas, abrir de costado a costado la esencia de sus mañanas; rasgar con la punta afilada cada fibra de sus carnes. Y beber de su sangre hasta que me sacie del todo y hasta que te llenes tú. Compartirla contigo. Eso es lo que quiero. Así te quiero.
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Retomando la actividad de creación literaria con microrrelatos de un máximo de 50 palabras del  Grupo Literario "Entre letras . Esta vez toca componerlos con los tres dados que se muestran de  Rory's Story Cubes !.¡Ahí va la cosecha!: Microrrelato en 38 palabras Cuando se asomó por la ventana y vio el arcoíris comprendió que ella le había abandonado. Aquella dama voladora solía producir fenómenos atmosféricos cada vez que su capa se cruzaba en vuelo con la estela de algún avión.
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Erase una vez tres dados... El Grupo Literario "Entre letras" vuelve a proponer la actividad de creación literaria con relatos en pequeño formato. Esta vez el límite máximo son cincuenta palabras. ¡Aquí van mis aportaciones!: Con 50 palabras: Aquella noche los Magos dejaron la casa repleta de bastones de caramelo, alineados hasta el lugar su regalo. La caja abierta y vacía delataba su contenido. Nada halló dentro. El cauce de huellas levantó una sonrisa en él cuando se topó, correteando por el pasillo, con el deseado cachorro. Con 43 palabras: Hasta que no llegaron a los noventa años, los estudiantes de la clase de segundo curso no comprendieron porqué el maestro les dio bastones de caramelo para hablar de los transportes y sus útiles. Entonces, se dibujó una estúpida sonrisa en sus caras.

El arranque

Fue la primera y última vez que lo vi. Después de aquel día, supe de su suicidio por un periódico extranjero. Corría marzo de 1937 y yo iba a cumplir 17 años. ...así empieza el relato en el que quiero poner todo mi cariño para que haga honor a sus protagonistas. Ilusionada con verlo y leerlo acabado. Aún es pronto para publicarlo por aquí.

La lotería O El día de su cumpleaños

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Apesadumbrada, contaba los días que le restaban para que el hombre, de grandes ojos azules, posara su mirada acuosa sobre ella y extrajera la carta que le autorizaba a separarla, para siempre, del piano de cola. Todos los días, con el sol sobre su cabello, apuntando rayos de calor, ideaba cientos de planes, argüía estrategias y maneras de mantenerlo a su lado; cada una de las noches oscuras, más aún en las que ni la luna asomaba su perfil, el frío desamparaba sus proyectos y atería cuanto de humana era su presencia, rasgando sueños y esparciendo ilusiones, hechos pedacitos, jirones, que caían sobre el suelo del local. El piano, mientras, miraba silencioso desde el rincón que ocupaba hacía veinte años, allí, en el café-tertulia.             Soñaba despierta, pues ya las noches habían tomado el mando sobre ella, y la mantenían en vilo y suspendida en una bruma espesa de inquietud; así, soñaba que hallaría la empresa perfecta para resolver su deuda; que un postor, con las mano
PAPEL PINTADO La mañana que Pepito Simón cogió los bártulos y se marchó de allí, había empezado a chispear. Pero él estaba decidido, desde hacía mucho tiempo atrás, a salir de aquel lugar, fuera como fuera. Y la lluvia contenía la capacidad de hacerle saltar para siempre. Nadie lo hubiera imaginado, pues a todos parecía que su sitio en el mundo era ese, y nada podría hacer trasladándose a otro rincón. Ya no le importaba el que dijeran unos y otros; ahora prefería pensar en sí mismo. Labrarse un futuro, cuando tienes un pasado, sobre todo esto, es algo harto difícil, pero Pepito se lo propuso. Cortar por lo sano era, en esencia, su misión esa mañana… como así logró hacer. Debía poner toda su astucia al servicio del objetivo. Y así, ideó un plan. Aprovechó la lluvia, que empapó poco a poco todo el lugar, hasta convertirlo en una masa blandita y dúctil, que se rasgaba y desprendía con el solo roce de las manos. Ahora sí, ¡por fin!, era libre. Pepito Simón agarró con fuerza la copa,